09 Ago Almacenamiento de productos en una despensa
“Las materias primas y todos los ingredientes almacenados en una empresa del sector alimentario deberán conservarse en condiciones adecuadas que permitan evitar su deterioro nocivo y protegerlos de la contaminación”, así dice textualmente el Reglamento 852/2004 del parlamento europeo y del consejo de 29 de abril de 2004 relativo a la higiene de los productos alimenticios.
Para evitar la acumulación de suciedad, el contacto con materiales tóxicos, el depósito de partículas extrañas en los productos alimenticios y, la formación de condensación o moho indeseable en las superficies, debemos mantener un mínimo de organización en nuestra despensa o almacén, así como seguir una serie de hábitos a la hora de almacenar nuestros alimentos.
Recomendaciones de organización:
- Se debe evitar sobrecargar la capacidad de nuestra despensa.
- La rotación de los productos: asegurando que el alimento con una fecha de caducidad más próxima es el primero en ser utilizado, y así evitar la presencia de alimentos caducados.
- Todos los productos almacenados descansarán en alto, sobre estantes, palets o análogos de material adecuado y fácilmente lavable, dejando una separación mínima sobre el suelo de 15 cm.
- No deben coincidir en el mismo sitio productos de distinta naturaleza (químicos/alimentarios), en el caso de que así sea deberán estar aislados de tal forma que se evite cualquier tipo de contaminación (barrera física/aislamiento). De igual manera no deben almacenarse objetos innecesarios que puedan acumular suciedad y por lo tanto ser foco de contaminación.
- La despensa o almacén debe limpiarse y desinfectarse con cierta frecuencia para evitar la acumulación de suciedad y prevenir las visitas indeseables de insectos o roedores.
Recomendaciones de buenos hábitos:
- Los alimentos secos y a granel tales como harinas, arroz, azúcar, si se retiran de su envase original, deben guardarse en recipientes de material fácilmente lavable, estancos y provistos de tapa. Las etiquetas originales deben guardarse junto al recipiente para la verificación de la trazabilidad. Los recipientes deteriorados o rotos deben retirarse y sustituirse por otros nuevos o limpios.
- Los envases abiertos para su consumo deben cerrarse a posteriori y, etiquetar con fecha de apertura.
- Los embalajes originales de los alimentos deben estar en buen estado y limpios, desechando todos los que presenten signos de deterioro, y cuya naturaleza favorezca el anidamiento de plagas, acúmulo de suciedad y humedad (como el cartón).
Es preferible que alimentos como papas o cebollas se almacenen en un espacio separado, y en recipientes adecuados, para evitar la contaminación al resto de productos por polvo o insectos.
Referencias:
Reglamento 852/2004 del parlamento europeo y del consejo de 29 de abril de 2004 relativo a la higiene de los productos alimenticios.
Real Decreto 3484/2000, de 29 de diciembre, por el que se establecen las normas de higiene para la elaboración, distribución y comercio de comidas preparadas.
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